¿Cómo ha sido tu trayectoria hasta llegar hasta aquí?
Soy Bioquímico y durante más de treinta años he desarrollado mi carrera en empresas de base científica en el sector Life Science, en puestos de orientación comercial primero y directiva después. Amplié mi formación ejecutiva y en cierto momento decidí aprender también técnicas de coaching en la Universidad Complutense, y empecé a integrar estas metodologías en mi actividad directiva.
A medida que fui creciendo en experiencia de liderazgo, fui viendo más claro que la parte que más me gustaba de mi trabajo era la que implicaba ayudar a otros a desarrollarse, y decidí que en mi próxima etapa quería dedicarme a ello como principal actividad. En 2022 me establecí independientemente con la misión de ayudar al crecimiento de empresas y personas. Lo hago mediante una combinación de diferentes formatos de acompañamiento, entre los que el coaching es centrafs
Y, buscando el mejor marco para comprobar que mi práctica tiene el nivel de calidad que necesitan mis clientes, me integré en EMCC porque me veo reflejado en sus valores y porque es un referente de calidad muy potente.
¿Qué implica esta acreditación de EMCC a nivel de Practitioner?
El hecho de que la organización de referencia en Europa valide mi forma de trabajo y mi enfoque ético es una confirmación muy valiosa, y además implica ser parte de una comunidad profesional que está trabajando para tener impacto positivo en las vidas profesionales de mucha gente.
¿Cuáles son tus planes de futuro?
Seguir aprendiendo y mejorando cada día con la ilusión de ser útil a las personas o equipos que acompaño.
¿Cómo ves el panorama del Coaching y el Mentoring en la actualidad?
Veo una paradoja. Por una parte, viven un gran momento ya que son actividades cada vez mas necesarias y demandadas. En un mundo profesional tan competitivo y exigente, un acompañamiento adecuado es fundamental para quien se embarca en un plan de mejora o aprendizaje. Sin embargo por otra parte, la palabra “coaching” ha sido sobreutilizada, a veces superficialmente, hasta el punto de devaluarla y a veces se critica o parodia desde la ignorancia de lo que es. Los que lo ejercemos de forma profesional y científica tenemos el reto de proteger el prestigio de esta actividad comunicando bien lo que hacemos.
¿Cuál es tu enfoque de Coaching y/o Mentoring?¿Cuáles son tus especialidades?
Mi objetivo es ayudar al crecimiento de personas y organizaciones, y lo hago principalmente en el área que más conozco que es la directiva-comercial. Para ello, combino diferentes metodologías de acompañamiento. En coaching acompaño la reflexión y el aprendizaje del cliente. A veces utilizo el coaching después de una formación para ayudar a interiorizar lo aprendido. En mentoring, además, pongo a su disposición mi experiencia, mi red y mis modelos de trabajo, por ejemplo en empresas de base científica. Las fronteras entre metodologías están claras pero no cerradas: se pueden y se deben cruzar, siempre de manera consciente, al servicio del cliente.
¿Cuáles son tus mejores cualidades como coach y mentor?¿Qué es lo que tú aportas de forma distintiva en los procesos de Coaching y Mentoring?
Intento integrar aprendizajes procedentes de diferentes experiencias. De mi formación científica me he traído el enfoque racional, la duda metódica, la obsesión por diferenciar hechos de creencias. De mi práctica como profesor de yoga, la capacidad de observar de forma atenta, desapegada y sin juzgar. Además creo ser un buen escuchador.
Algún consejo para quienes se plantean acreditarse por EMCC
Es una buena decisión ya que EMCC es el referente en Europa y asegura unos estándares de calidad y éticos muy exigentes y claros. Pero no hay que tener prisa, hay que recorrer un proceso: primero formarse, luego adquirir buenas prácticas con la experiencia y la reflexión. Si hemos hecho eso, el proceso de acreditación, aunque es exigente, fluirá bien.