La otra cara del Síndrome del Impostor
El síndrome del impostor se ha explicado durante décadas como un problema individual: una falta de confianza, un diálogo interno crítico, un miedo permanente a no estar a la altura. Sin embargo, ¿y si el foco estuviera mal colocado? ¿Y si la verdadera causa no residiera en la persona, sino en los sistemas laborales que la rodean?
En este artículo publicado en la revista Capital Humano, María Luisa de Miguel, directora ejecutiva de la Escuela de Mentoring y Master Practitioner por EMCC, plantea una mirada valiente y disruptiva: el síndrome del impostor puede ser, más que un fenómeno psicológico, una patología social derivada de culturas organizacionales basadas en la competitividad, la autoexigencia extrema y la necesidad constante de demostrar valor.
A través de evidencias, ejemplos y reflexiones críticas, María Luisa invita a coaches y mentores a replantear su enfoque: pasar de trabajar el empoderamiento individual a acompañar procesos de emancipación, donde la persona reconoce su contexto, cuestiona el sistema y aprende a desafiar dinámicas que dañan su bienestar.
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